El pueblo de Guatire tuvo un inicio humilde y sencillo, formándose alrededor de una Ermita y la casa del Cura Capellán. Sus primeros habitantes fueron personas libres provenientes de distintas regiones de Venezuela y del exterior, pertenecientes a diferentes estratos sociales. La mayoría trabajaba en haciendas y decidió establecerse en esta tierra, aprendiendo a convivir en paz y armonía a pesar de sus diferencias étnicas y culturales.
Este proceso de integración y convivencia es un reflejo de la riqueza cultural que caracteriza a Guatire. La diversidad de su gente ha sido una fortaleza para su desarrollo social y cultural. A lo largo del tiempo, sus pobladores han sobresalido en la música, la literatura, el deporte y la política, dejando huella tanto en Venezuela como en el mundo.
Esta obra es un testimonio del espíritu de superación, trabajo y esfuerzo que han convertido a Guatire en un símbolo de dedicación y éxito, demostrando que con determinación se pueden alcanzar grandes logros en cualquier ámbito de la vida.