Una descarga de humor mordaz, sabiduría popular y lirismo caribeño se entrelazan en estas páginas que chispean con picardía, sarcasmo y ternura. Cada poema es una cucharada de verdad sazonada con risas, malicia y memoria, evocando la cocina de la abuela, la acidez de los cuentos contados con rabia, y la dulzura de lo que se recuerda con nostalgia y orgullo. Se está lejos de solemnidades: la vejez se cuenta sin filtros, el amor se desnuda de mitos, y los cuerpos deseantes, golpeados o cansados, hablan sin pudor.
Con una voz que no pide permiso, la autora convierte los nombres propios en acertijos gra-maticales, las plantas medicinales en poemas terapéuticos, y las infidelidades en crónicas de barrio con sabor a justicia poética. Desde la carcajada que libera hasta la lágrima que punza, esta obra transita las estaciones del alma con ritmo de copla, verso suelto y sabiduría callejera.
Busca tu cuchara y saborea esta obra. Que no se olvida: se vuelve a buscar cuando se necesi-ta consuelo, o una buena carcajada para sobrevivir al mundo o simplemente se tiene hambre y se quiere un bocado más de buena escritura.